ALGUNOS DATOS SOBRE LA EXPLOTACIÓN DEL CARBÓN A CIELO ABIERTO

La minería a cielo abierto es una operación en secuencia que se inicia con la limpieza de la superficie y retiro cuidadoso de la capa vegetal que se almacena para la futura rehabilitación de las tierras intervenidas. Luego, se llevan a cabo la perforación, voladura y remoción del material estéril hasta exponer los mantos de carbón. Es en la que el carbón se encuentra cerca de la superficie y se extrae mediante pozos descubiertos. Se necesita una elevada inversión en maquinaria. Casi todas las minas se encuentran a pocos centímetros, algunas alcanzan 25 metros.

Las explotaciones mineras a cielo abierto tienen un gran impacto ambiental y los líquidos que de ellas se desprenden suelen ser muy contaminantes. Van dejando una zona vacía al extraer el mineral, quedan a la vista los grandes agujeros, las tierras removidas y las acumulaciones de derrubios de ganga que, hasta ahora, eran la herencia típica de toda industria minera.

El agua de lixivación, es decir el agua que, después de empapar o recorrer las acumulaciones de mineral y derrubios, sale de la zona de la mina y fluye hacia los ríos o los alrededores.
Este agua va cargada de materiales muy tóxicos, como metales pesados y productos químicos usados en la minería, y es muy contaminante, por lo que debe ser controlada cuidadosamente.

Antes de explotar la mina, se hace un reconocimiento preliminar del terreno para ver si el yacimiento tiene el grosor adecuado y si las capas justifican ese tipo de mina. También se reconoce si hay carreteras, pozos petrolíferos, gas natural... La extracción de muestras permite saber las características del terreno y determinar la situación del sumidero (excavación practicada en el fondo de la zona carbonera para recoger el agua de la mina). El sistema de vías se debe colocar lo más cerca posible.

Si el terreno es grueso se extrae parte del terreno con una pala excavadora y se hace un corte de 0,90 a 1,20 m. de anchura, hasta un punto determinado en cima del carbón. Después la pala carbonera excava una faja de carbón, dejando un hueco en la parte superior para que la pala desencaparadora haga su viaje de regreso. La pala deposita el escombro excavado y se continúa la operación hasta que se agote el carbón.

El equipo mecánico puede ser accionado por motores diesel o eléctricos. Se utiliza una aplanadora en combinación con palas mayores para mover la parte final del recubrimiento.

El carbón se transporta en camiones desde la mina hasta las pilas de almacenamiento y las trituradoras y luego se lleva a los dos silos que cargan el tren.
Los equipos y maquinarias empleados en la mina están entre los de mayor tamaño y capacidad en el mundo y son de tecnología avanzada. En la mina se encuentran también los talleres de mantenimiento para camiones, tractores y traíllas. Otras instalaciones son los talleres de reconstrucción, oficinas administrativas y un sistema de telecomunicaciones que opera vía satélite y microondas.


HISTORIAS CERCANAS :
El Caso de los Indígenas Bari que habitan en territorio Venezolano

Preocupa saber que casi el 80% del subsuelo del territorio Barí contiene las principales minas de carbón, y el gobierno las ha entregado en concesión a transnacionales norteamericanas, chilenas, brasileñas y surafricanas, a espaldas de la población Barí. Este estado se arroga el derecho de disponer a su antojo de los territorios ancestrales indígenas, sin embargo, éstos ocupan esas tierras antes que este estado. Los Barí por ejemplo, habitan la Sierra de Perijá desde hace más de 3.000 años y no desde 1948 como dicen los terratenientes y compañías que les han expropiado sus tierras. Originalmente el territorio Barí abarcaba aproximadamente 33.000 Km2, hoy poseen menos de 2.000 Km2 que no son de ellos sino del estado venezolano; desde el siglo XVI hasta hoy han sido exterminados por los representantes de la propiedad privada: Conquistador español, los Welseres, las compañías petroleras, especialmente la Shell, los terratenientes de Machiques y Villa Rosario, y ahora por las compañías carboníferas apoyadas por PDVSA y el estado venezolano, que por la Ley de Minas está obligado a proteger a las compañías mineras. Más del 60% de la población aborigen, dueños originales de esas tierras, ha sido exterminada.

Carbozulia, empresa del Estado venezolano, en asociación con la brasileña Vale do Rio Doce y la estadounidense Peabody Energy, proyecta ampliar la producción de la sierra en otros 10 millones de toneladas anuales y construir dos puertos, uno en el Lago de Maracaibo y otro en el golfo de Venezuela, para la exportación del mineral. El conjunto de obras se enmarca en el programa Integración de Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), impulsado por la naciente Comunidad Sudamericana de Naciones. Al proyecto carbonífero se han opuesto las naciones indígenas de la frontera noroeste con Colombia, los wayúu, originarios de la colombiana península de la Guajira y la etnia más numerosa de Venezuela, con unos 300.000 individuos, y las numéricamente menores yucpa y barí.
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